2 personajes (mujeres): Eva, Ana. (35 años aproximadamente. Amigas)
Tras la barra, Eva, (dueña del bar), barre, limpia… de fondo, suena la televisión (voz en off).
Entra en escena Ana. Contenta, paso rápido, moño despeinado en lo alto de la cabeza. Destaca su gran bolso.
Eva — ¡Joder que energía, hija! No te esperaba a estas horas ¿No curras hoy?
Ana — Me tomé el día libre. Anda, ponme un botellín, que me siento estupenda.
Eva — Ya veo ya… (observa su aspecto)
La camarera rebusca por debajo de la barra y saca el botellín, la televisión sigue de fondo. Abre la bebida y pone una pequeña bandeja de panchitos, mira alrededor, coge uno.
Ana — ¡Eva, no hay casi nadie por Dios! ¡Tomate una puñetera cerveza conmigo! ¡Es tu bar!
Eva — Oye… ¿Estas van a ser tus nuevas pintas? —descorcha otro botellín bajo la barra para ella—. Porque estás indescriptible.
Ana — ¿Verdad?
Eva — ¿Te has visto bien? ¿Qué es esto? —Le coge el moño— Qué te has puesto en la cara… ¿Por qué estás tan rara?
Ana — Hoy es un gran día para todas las mujeres, créeme, he hecho un bien común para todas ¡Para la humanidad!, Si me apuras ¡Brindemos!
Brindan.
Eva — No sé si quiero saber más, francamente.(Coge el trapo de limpiar la barra)
Ana — ¿No te intriga? ¿De verdad no quieres saberlo?
Eva — (niega con la cabeza)
Ana — ¿Te acuerdas del grupito de chicos que conocimos hace dos fines de semana?
Eva — Y aun así…. ¡Me lo vas a contar! ¿Alguno es culpable del puto moño ese?
Ana — Rubio, ojos castaños, flaquito...
Eva — ¡Ah! El pijo.
Ana — El guapo. Quedé anoche con él.
Eva — ¿No había otro?, O mejor dicho, ¿Otro? ¡Es que no puedes dejar de meterla pata! Eliges cada.. “papanatas”.
Ana — (Sonríe)
Eva — Si vas a contarme los detalles no quiero saberlos — (Se da media vuelta)
Ana — ¡No! ¡Ven! ¡Joder ven!
Vuelve. Coge unos cuantos panchitos, se los come y bebe.
Ana— Me escribió para quedar conmigo anoche.
Eva— Tu sigue dando tu número de teléfono. Un día te va a pasar cualquier cosa, si vas a contarme lo bien follada que vienes, ahórratelo, por favor.
Ana— ¡Espera joder, no es eso! Haz el favor de escucharme.
Eva— (Hace un gesto de impaciencia)
Ana— (sonríe. Se atusa el moño.)
Eva— Sí eso, tú ponte más guapa todavía.
Ana— Quedamos en gran vía y nos metimos en un bar a tomar algo.
Eva— Ya.
Ana— ¡Calla! ¡Escucha! (sonríe). — Allí tonteamos un poco, y me dijo que había cogido una habitación en un hotel de al lado. En esos que son discretos, de los que pagas la noche y te vas cuando quieres.
Eva— Si vamos. Que te dejó bien claro lo que quería.
Ana— ¡Más que claro! Pero eso no importa, yo iba a lo mismo, el tema es lo que hizo (bebe) ¿Sabes qué hizo?
Eva— queeeee
Ana— Intenta adivinarlo, no lo vas a adivinar.
Eva— Por eso mismo. Queeeeee. No tengo todo el día Eeeeeevaaaaaa (come panchitos)
Ana— Y además no lo vas a adivinar. Vale. Ya llevábamos unas copas, pero a mí me faltaba mucho para estar pedo, ya sabes el saque que tengo.
Eva— Sí hija sí.
Ana— (Sonríe). Debió pensar que no me daba cuenta entre “te meto mano por aquí, te doy un pico por allá…”
Eva— ¡Bueno que!
Ana— Que me metió algo en la bebida.
Eva— ¿En serio? (Se interesa). —¡Que cabrón! ¡Si es que los eliges tía! ¡Te lo he dicho!
Ana— Un hijo de puta. Estoy harta de los hombres, estoy tan harta… (bebe de la cerveza). Pero no te preocupes, no soy tan tonta como crees, le di su merecido, y te diré que sienta de maravilla. Mírame, estoy mejor que nunca.
Eva— (La mira) ¿Qué has hecho? ¿Qué coño has hecho?
Ana— Venganza.
Eva— ¿Venganza?
Ana— Exacto. (Se inclina sobre la barra) Me las ingenié para darle el cambiazo. Estaba rabiosa, furiosa, indignada, colérica…
Eva— Vale, vale… Estabas jodida, lo entiendo, pero ¿Por qué no te fuiste directamente? Haberle dejado ahí con dos cojones.
Ana— ¡Porque no! ¡No me daba la gana! ¡Estoy harta ya te lo he dicho! Alguna vez tenía que llegar mi turno ¿No? Venganza Eva, Venganza.
Eva— Vale, tranquila, venganza… Muy bien… Qué has hecho. Qué-has-hecho.
Ana— ¡Bah! (Vuelve a sonreír). Le he dejado un pequeño recuerdo.
Eva— ¡Ana!
Ana— Verás, la pastilla te convertía en una especie de “salido”, y se puso como un toro, mareado y torpe, pero como un toro al fin y al cabo. Así que me lo llevé a la habitación. No hice más que lo que él quería hacer conmigo.
Eva— ¿Le follaste?
Ana— Mejor. Se comportaba un niño pequeño, estaba muy pedo. (Se tapa la boca y se ríe, le hace señas a su amiga para que se acerque). Le desnudé y ahí estaba: “Thor”, Precioso, firme.
Eva— Madre mía…
Ana— (Se miran fijamente unos segundos) Le tumbé en la cama y empecé a chupársela. Era enorme ¡Pero enorme!. Casi no me cabía en la boca (Abre la boca). Es una pena que fuese un capullo, hubiera sido un polvo de campeonato. Con ese pollón lleno de venas…
Eva— Joder…
Ana— Cuando estaba a punto de reventar ¡ZAS! (Da un manotazo a la barra) Mordí con todas mis fuerzas y le arranqué un trozo. (Se ríe)
Eva— ¿Perdón? ¡Dios Ana! ¿Pero qué dices? Joder… Casi me lo creo...
Ana abre el bolso, y saca un clínex doblado con algo de sangre. Lo desdobla y coge un trozo de carne pequeño. Lo pone encima de los panchitos.
Ana— E voilá. Aquí lo tienes.
Eva mira a su amiga y el trozo de carne alternativamente durante unos segundos.
Eva— ¿Estás de coña?
Ana— (niega con la cabeza)
Eva— ¡Dios! ¡Joder! ¡Madre mía! ¡Pero esconde eso!
Ana— ¡Nadie sabe que es! Mira (Coge el plato) Podría ser una nueva tapa “Panchitos con punta de pene” ¡Súper nutritivo Eva! Y ¡Fuera pruebas!
Eva— ¡Escóndelo coño! ¡Suéltalo o te meto una hostia joder!
Ana— (Suelta el plato)
Eva— (No se atreve a tocar el plato) — ¿Estás loca? ¿Pero qué es lo que te pasa? Joder… Joder… (Silencio) Pero, ¿Y el tío? ¿Lo dejaste allí? ¡No ves que te puede denunciar! ¡O lo mismo está muerto coño! ¿Y vienes aquí tan tranquila? ¡Qué quites eso de ahí por Dios! ¡Escóndelo! (Lo va a coger pero no se atreve)
Ana— No te preocupes… (Come los panchitos de alrededor)
Eva— (Da arcadas)
Ana— Se espabiló enseguida, ¡En cuanto le arranqué el pellejo! No veas como gritaba (se ríe). Marqué desde su móvil al 112 y le dejé ahí pidiendo una ambulancia mientras me insultaba. Luego me lavé porque por este trocito de nada sangraba como un cerdo, y creo que se me quedó algo entre los dientes, pero que le den por culo ¿No crees? (Suspira) Si arrancásemos más pollas, mejor nos iría.
Eva— Madre mía… Voy a potar... (Da arcadas)
Se escuchan las noticias. Ana sube el volumen.
VOZ EN OFF
NOTICIAS:
Y nos llega una noticia de última hora, la policía ha encontrado un hombre de 38 años de edad, en la habitación de un hotel a punto de desangrarse debido a un desafortunado “accidente”. Según el hombre, mientras estaba afeitando sus partes íntimas con una cuchilla, rebanó por accidente parte de su pene. El trozo que falta, sin embargo, ha desaparecido inexplicablemente, aunque también tenemos que decir, que la versión del hombre parece “no coincidir” con los primeros informes médicos que se le realizaron en la ambulancia.
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Ana— ¿Ves? Casado. Un niño. Un cabrón.
Eva mira la tapa y a su amiga en silencio.
Escrito por:
Nohemí Abad Jiménez.