Así es mi vida. Una desesperación constante que dependiendo del momento puedo controlar. Pero a veces, simplemente, me es imposible. Y si entras en la espiral y piensas en la mierda que te ha tocado vivir, la bola se puede hacer inmensa.
Quizá la crisis dure solo unas horas, o un día si tienes suerte, pero puede que haya ganado esa batalla. Entonces sí que estás jodido. Y los pensamientos se apropian de ti, de tu cuerpo, que ya ha superado el umbral que puede resistir, y esos pensamientos no son nunca, nunca, buenos.
Te hunden, te desarman. Después de eso. De caer en el pozo, es difícil volver a salir, y cuanto más caes, más te cuesta escalarlo. Por eso no me permito. Temo. Llegar a ese punto. Lo he conocido. Y no quiero volver.
Quizá la crisis dure solo unas horas, o un día si tienes suerte, pero puede que haya ganado esa batalla. Entonces sí que estás jodido. Y los pensamientos se apropian de ti, de tu cuerpo, que ya ha superado el umbral que puede resistir, y esos pensamientos no son nunca, nunca, buenos.
Te hunden, te desarman. Después de eso. De caer en el pozo, es difícil volver a salir, y cuanto más caes, más te cuesta escalarlo. Por eso no me permito. Temo. Llegar a ese punto. Lo he conocido. Y no quiero volver.