(Entra una mujer, vestida con ropa de hospital, en una sala dando traspiés. Cuando se cierra la puerta examina la habitación: ve tres paredes blancas y acolchadas, y una cuarta acristalada –sería el público– Se queda mirándola un rato).
—Sé que estáis ahí. No es la primera vez que me traen a esta maldita habitación. No, no es la primera vez, así que sé, que estáis ahí.
Vale ¿qué es lo que queréis que diga? Porque sinceramente yo no tengo nada que decir, y no me gusta estar aquí sin motivo. Ya veo… no me lo vais a poner fácil ¡vale!
—Sé que estáis ahí. No es la primera vez que me traen a esta maldita habitación. No, no es la primera vez, así que sé, que estáis ahí.
Vale ¿qué es lo que queréis que diga? Porque sinceramente yo no tengo nada que decir, y no me gusta estar aquí sin motivo. Ya veo… no me lo vais a poner fácil ¡vale!