En el interior, rodeado por frías paredes e intensa humedad, vive un ser atormentado por su propia naturaleza. Con ojos llenos de incomprensión, solo éstos parecen humanos pues su rostro está deformado de tal manera, que sus rasgos lo asemejan a un monstruo. Un demonio.
Sufre. Grendel, el pobre niño escondido en su cueva, sufre en soledad. Los sonidos le molestan e incapaz de contenerse sale de su escondite para frenar su dolor. El monstruo que sin pensarlo dos veces despedaza y come a los humanos que festejan, cantan o bailan en sus celebraciones.
Grendel no lo soporta, y aunque le hacen daño las heridas que los guerreros le infringen en su escamosa y purulenta piel, siempre vuelve a casa, pues no son suficientes para matarlo.
Vuelve arrepentido a su guarida, donde pide perdón. Sabe que no debe dañarles, sabe que el río le da la comida que necesita para vivir. Llorando, hecho un ovillo, el niño que todavía es pide perdón por matar, pide perdón por comer carne humana, pide perdón por salir a pesar del tormento que le inflige y daña su mente, su razón. Pide perdón por ser como es. Aislado, castigado por su penosa existencia.
Grendel, único en su especie. Ni monstruo, ni troll, ni ogro, ni licántropo, ni gigante, ni demonio. Engendrado por la magia más oscura a partir de la semilla del hombre, acaba sus días herido de muerte por Beowulf, héroe de los gautas, quien le arranca un brazo librando al pueblo de su existencia.
En su escondite, Grendel, sin sangre, sin poder, llora de dolor mientras su madre le consuela en sus últimos momentos. Su cuerpo, colocado sobre una piedra se encoge hasta convertirse en un feto deforme, en una criatura que causa asco con solo mirarla. El niño incomprendido con fuerza desmedida y odiado por todos, por fin encuentra la tan ansiada paz que sus gritos y llantos suplicaban en el interior de la montaña.
Grendel. Mitad humano, mitad… su madre no descansará hasta vengarle.
CURIOSIDAD
Grendel aparece en el poema épico Beowulf, que fue compuesto alrededor de los años 700-1000 después de Cristo. Hay pocas descripciones del monstruo, pero se infiere que se trataba de una criatura salvaje, con una fuerza brutal y de enorme estatura. Tal vez un demonio o un gigante, también se refieren a él en el poema como un ogro o un licantropo e hijo de Caín. Se comenta que Tolkien se inspiró en la figura de este personaje para completar la figura de Gollum.