No me inventes cualidades ni virtudes, que no soy diferente a las miles que mueren ni a las que nacen a diario. No me cargues con la responsabilidad de una mirada encantadora, no me incluyas en tus sueños de mujer perfecta. No puedo, no quiero serlo. Mis caderas no tienen el ritmo de tus deseos ni mis labios saben a tiempo. No tengo la dulzura con la que se condena a las damas ni un perfume inolvidable en mis cabellos. No puedo, no quiero serlo. Que te sea indiferente si mi voz canta o grazna, no soy canto, soy palabra. Realidad, defecto y caos, así puedes nombrarme, no permito que me pretendas celestial. No puedo, no quiero serlo.
5 Comentarios
DEBO
22/10/2014 01:01:24 pm
Y puntooo! Gran relato y real como la vida misma ;)
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Patricia
12/3/2015 01:26:34 pm
WOW, con dos huevos!
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Maria
10/4/2015 05:28:20 am
La idealización te lleva a un punto de no retorno, un callejón sin salida que te arrastra a ninguna parte. Nada mejor que la verdad, real, limpia ,cristalina, sin subterfugios. Cada persona es como es y no como quisieramos que fuera. La aceptas o la dejas partir.
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Marna
9/9/2015 12:36:36 am
Uff que bueno. Por un momento mientras leia, me parecia oir un ritmo "Rap" de lo directo que iba el mensaje como una flecha cuyo rumbo es certero. Eres muy buena.
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Sobre miVivo en Madrid y me encanta escribir. Sobre todo literatura fantástica. He dado el primer paso hacia este mundo porque he decidido hacer algo que me guste todos los días. Era eso o dejar que me arrastre la marea gris.
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